«Un peldaño menos»

Leopardo del Kalahari

Leopardo del Kalahari

«En toda mi vida, nunca he experimentado nada tan enervante como escuchar los fuertes rugidos de aquellos terribles mounstros cada vez más cerca, y saber que uno u otro de nosotros estaba condenado a ser su victima antes de que amaneciera.»

Teniente Coronel J.H. Patherson (Los devoradores de hombres de Tsavo)

A quién quiera leer, que se prepare, que me quiero explayar… y no por excusarme, pero sirva de paso el decir que cada foto debería llevar una historia consigo, que eso la hace aún más interesante, incluso si la foto no es buena, puede convertirse en FOTÓN, como aquí la llamamos, con una buena historia tras de si.
Si esta foto es buena o no, y si la historia merece la pena, lo decidís vosotros, para mi, fué algo irrepetible (por favor!), algo inolvidable, y una historia para contar a mis nietos (si llegara a tenerlos).

Era nuestro 6º día, habiamos pasado 4 días en el Kruger,de Sudáfrica y ahora estábamos en Botswana, nuestro 2º día en Botswana, pero hasta esa noche habíamos pernoctado en lugares habilitados y con alambrados electrificados como defensas ante los animales, pero ahora íbamos al Central Kalahari Game Reserve, (la zona más protegida del desierto del Kalahari, que a su vez es la reserva natural más grande del mundo) y desde la carretera quedaban unos 80 km de pista de arena y agua hasta las zonas «habilitadas» para hacer noche, no íbamos muy bien de tiempo, y al llegar a la Gate of Central Kalahari, aunque dentro del horario, no había nadie allí, cambiamos de planes, y paralelos a los límites de la reserva hicimos otros 40 km de arena hasta una de estas zonas habilitadas para acampar, en Haina Hills, en los límites de la reserva pero dentro del Kalahari, pasando antes por un control veterinario y atascando el coche después en uno de los numerosos badebes de agua, cuando se nos hacía de noche, hasta que llegamos a una valla que cruzamos, donde podía leerse de nuevo «On your own risk» (a tu propio riesgo), y por fín, poco después, ya de noche, encontramos la zona de acampada señalada por el GPS, habían unas duchas sin agua y una zona de árboles donde dejar los coches y dormir, siempre se sabía cúal era la zona por unas planchas de acero redondas destinadas a soportar el fuego. Toni Grimalt, miembro de FN, se dió un paseo a ver las duchas y yo cogía leña fina para encender la hoguera en nuestra primera noche de Kalahari, montamos las tiendas en lo alto de los coches, como todas las noches y pusimos la mesa para la cena, y en un momento dado…

Sebas me dice: Manu, mira! un leopardo!!
y yo le digo: Estás de coña!!??

total, que me acerco a mirar, y ahí está el leopardo, tan tranquilo y a menos de 10 metros de nosotros… todos en el suelo.
Toni ya había vuelto de las duchas, claro!! y todos nos reunimos delante de el leopardo a curiosear, igual que el, que hacía movimientos extraños, estaba inquieto, y al poquito empezamos todos nosotros a estar inquietos también, sin saber qué hacer… en ese transcurso de unos 5 minutos, cojimos unas hachas, más linternas, las cámaras, y empezamos a tirarle fotos, yo primero lo intenté con el 100-400 mm a ISO 1600, pero no conseguí nada bueno, fuí de nuevo al coche y a toda prisa puse el 100-300 mm (que tiene 58 mm de diámetro de rosca, como el 100 mm Macro) y le encasqueté el flash anular, de ahí saqué dos fotos más o menos aceptables.
Poco después, Toni dijo que había que salir de allí pitando (pero sin pitar, jeje!), desmontamos las tiendas en un plisplas, de dos en dos, mientras los dos otros alumbraban al leopardo con las linternas, y una vez desmontadas las tiendas y la mesa, nos metimos en los coches, y al dar la vuelta para enganchar la pista de arena, allí estaban, dos leonas enormes, delante de nosotros (del coche) y tan campantes, habían estado a menos de 30 metros de nosotros y nosotros sin enterarnos… tan nerviosos y bloqueados estábamos ya que ni siquiera desde dentro del coche fuimos capaces de afotar o grabar en video a las leonas. Serían las 9 de la noche y no sabíamos dónde dormiríamos esa noche en pleno Kalahari, a más de 80 km de la carretera más cercana.

También tuvimos algo de suerte esa noche, pues unos 5 km después llegamos sin querer a una pista de aterrizaje, donde vimos una manada de hienas, y muy cerca de allí un Lodge, con barra de bar, una piscinita y coches de estos equipados para los turistas que van de safari (andar, en swaheli). Un tipo salió de la oscuridad y le explicamos lo sucedido, el nos invitó a esperar mientras avisaba al jefe blanco, cómo no!, a ver si podíamos quedarnos ahí esa noche, mientras tanto, charlamos con una muchacha que trabajaba ahí y acabamos en la barra del bar emborrachándonos tanto con el whisky y el ron como con la historia que podíamos contar de ese día. Además de que nos dejaron quedarnos a dormir nos prepararon una cena rápida consistente en huevos y salchichas, la leche!! mejor no podía haber salido, y aquí estoy ahora, contándoros esta historia a vosotr@s!!
A partir de ese día pasamos unas cuantas noches en la misma situación de peligro en el Kalahari y el Okavango, pero preparados, a las 6:30 ya solíamos estar cenados y casi metidos en las tiendas de campaña.
También desde ese día los felinos en general eran los animales que nunca veíamos pero que siempre nos rondaban por la noche, muchas veces veíamos sus huellas al amanecer.

Y porqué titulo la foto así?
Porque esa noche todos descendimos un peldaño en la cadena alimenticia, ya no estando nosotros los humanos en lo alto, sino las bestias de la noche africana. Un poquito más, y la cena somos nosotros!! jeje!! qué risa me da ahora, allí no me reía, y más sabiendo que era el principio de una serie de días con el mismo peligro rondándote.

Desde que empezé a poner fotos del viaje, las acompaño con una frase del libro «La sombra del Kilimanjaro», y esta frase debería ir junto con la historia de los leones del Tsavo que se acostumbraron a comer carne humana durante la construcción de un puente en Kenia, y desaparecieron unas 130 personas. La historia, tal y como la cuenta Rick Ridgeway en este libro, es apasionante, como todo el libro en sí, os recomiendo su lectura!!

Gracias a todos por vuestra visita y un respiro para los que han llegado hasta aquí, uuuuuuffff!!

Equipo
Canon Eos 30D con 100-300 mm a 300 y flash anular Canon MR14-EX.
1/60, F5,6 e ISO 200.

6 respuestas to “«Un peldaño menos»”

  1. Impresionante tu página. Una maravilla para los sentidos. De corazón mi más sincera enhorabuena. Saludos

  2. José Jesús Bonilla Says:

    Enhorabuena por esta interesante pagina que tienes, por la calidad de las fotografías, y por estas historias que nos cuentas, como bien dices Manuel, detrás de toda fotografía hay una historia, mas corta o mas larga pero lleva su historia, de la cual deberíamos acompañar. Intrigante esta que nos cuentas y espero que no tuvieseis resaca de la borrachera.
    Un saludo.

  3. emilio el de vera Says:

    hola manu! soy emilio el nudista de vera y solo te queria decir que despues de ver tu pagina a uno le dan ganas de comprarse todo el equipo del mundo , pensando que sera capaz de hacer algo similar, pasada la euforia de lo belllo, uno cae en la cuenta de que esas cosas solo las pueden hacer personas con algo muy especial que se llama duende, baraca, angel etc. etc. que solo muy pocos seres como tu tienen, por eso mi admiracion y mi animo para que sigas con lo que haces ,porque cada click de tu maquina el mundo es algo mas bonito. besos.

  4. M. Teresa Says:

    Hola Manu!!! Esta vez sí que le he dedicado a tu página el tiempo que se merece, como a veces te comento, la fotografía no es algo que me guste hacer, pero sí me gusta una buena foto, un buen resultado, o por lo menos sé qué foto va más allá de la simple inmortalización del momento. A eso es a lo que me refiero, eso es lo que logras transmitir con tus fotos, todas cuentan una historia que de un modo u otro es especial para el que está detrás echando la foto…en este caso tú.
    La sección que más me gusta….uuummm, déjame pensar…cómo no!! las de Cabo de Gata, que es donde te hemos conocido, donde hemos compartido y vivenciado uno de los mejores septiembres en el Cabo. Aún siendo residentes en nuestro Parque querido, tú nos has enseñado un prisma diferente, mágico y mucho más sensible para nuestro ojo cabogatero, una mirada diferente y un aroma especial: la huella de tu amistad. Un fuerte abrazo «Reef». Besos.

  5. jorge melero Says:

    oye manu, estoy mirando la pagina hoy, y es que tenía el ordenador roto y por fin hoy he podido arreglarlo y componerlo. No ha sido fácil, pero aquí estoy.
    La página está bastante chula. Me ha gustado muchísimo. Sigue viajando, tu que puedes hacerlo y danos esa perspectiva que sólo tu puedes conseguir, pero que muchos también sentimos.

    Un saludo y a ver si te pasas un día por tu pueblo, pedazo canalla!!! ;).

  6. Maria Varo Says:

    Es impresionante como cojes las fotos si participaras en algun concurso, ganarias, sigue con esas fotos, y haber si puedes hacer muchas mas fotos de la naturaleza, y los nimales, k es mi pasion , y como bien dices, detras de cada imagen siempre hay alguna historia, algunas mas cortas k otras, y algunas mas interesantes k otras, hasta incluso algunas fotos apasionantes.Hay gente a quien no le gusta la fotografia, pero detras de esa ventanita k tiene la camara k no se como se llama, el mundo se ve de otra manera k no hay palabras para describir como se ve el mundo, y me pregunto yo , el mundo sin una ventana por la k verlo de otra manera no seria tn apasionante, ¿no creeis?

Deja un comentario